Tú, tu llegada me da las fuerzas, me da el objetivo suficiente
Para salir de mi tumba y caminar en la densidad
De las penumbras de la noche; de juntar mis fuerzas
Para poder ir a verte, para mirar la luna al lado tuyo y tú, del mío.
Lástima, mi voz pareciese un murmullo cuando te hablo;
El espacio anhelado se encuentra ocupado.
No importa, volveré a mi tumba, a mi letargo;
Reforzaré mi alma con la energía del miedo de los demás.
Ahora, espera, no salgas, la obscuridad me traga, me absorbe;
Es horrible el dolor, es desgarrante; es algo que me mata y me revive al tiempo,
Luego, me regresa hecho un monstruo, dispuesto a acabar con todo lo que dé mi paso.
No salgas, te amo; no salgas, no quiero hacerte daño,
Antes de hacerlo, que la muerte me acoja en el acto.
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